El segundo apunte que hice en Praga fue la Casa Danzante, ya que se encontraba muy cerca del hotel en el que estábamos alojados.
Dicen que la idea de este edificio está inspirada en el talento para bailar de la famosa pareja de cine: Fred Astaire y Ginger Rogers. Es curioso como un edificio moderno ha conseguido integrarse (no sin polémica) entre otros edificios de arquitectura barroca y gótica y ha acabado convirtiéndose en uno de los símbolos de la ciudad. A mí me gustó muchísimo.
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