Después de zigzaguear entre callejones (en Praga parecen todos iguales) consigues desembocar a la plaza más famosa, bonita y concurrida de Praga (y probablemente una de las más bonitas del mundo); La Plaza de la Ciudad Vieja. Son de esos momentos que llevas imaginando años; el impacto visual que te va a causar el ver por primera vez esta maravilla de plaza y que va a quedar grabado en tu retina para siempre. Y es que ver la imponente silueta de la iglesia de Týn y sus picudas torres no es cualquier cosa, por no hablar de la elegante torre del Ayuntamiento con el popular Reloj Astronómico a sus pies (que por cierto estaba en obras y me jodió muchísimo) y la monumental iglesia de San Nicolás. El Monumento a Jan Hus preside toda la escena desde el centro de la plaza aunque yo creo que su mirada la dirige hacia la orgullosa silueta de Týn.
He intentado representar toda la escena, excluyendo el monumento a Jan Hus y la iglesia de San Nicolás por el lugar que elegí para dibujar donde no podía ver a ninguno de los dos.
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